Algo más que la salud está en juego | por Vanessa Nueda
<<Cuando te enfrentas a la enfermedad no eres consciente de que algo más que la salud está en juego.>>
El Cáncer es un atentado contra la belleza. Los tratamientos curan, pero arrasan con todo a su paso y como mujer debes aceptar la mayor degradación física que jamás imaginaste. La caída del cabello es uno de los momentos más duros de la enfermedad, parece mentira ¿Verdad? Incluso puede sonar superficial y de lo más frívolo ¿El Pelo? Pero si vuelve a crecer. Pues contra todo pronóstico que previamente puedas elaborar en tu mente, perder el cabello es el peor capítulo. Una vez pasado lo aceptas y te aceptas a ti misma, poco a poco te reconoces con tu nueva imagen, aprendes a combinarte mil pañuelos y a hacerte tus propios turbantes.
Después pierdes tus cejas, tus pestañas, tus uñas se vuelven oscuras, casi negras… Y aquí es cuando llega tu papel de súper heroína. Porque estar enferma lo acepto, pero además verme de pena… ¡Ni hablar!
Si no tengo pestañas me aferro al eyeliner y si pierdo las cejas me las pinto ¿Uñas negras? Pues esmalte de colores que el rojo da alegría y sienta de maravilla.
Da igual cual sea tu situación, debes quererte a ti misma.
Tienes cáncer, estás enferma… ¿Y qué? Eso no está reñido con el hecho de estar guapa y sacarte el mayor partido. Verás que las penas, con buena imagen, son menos penas. Y cuando creas que no puedes, recuérdate a ti misma que los ánimos se crean.
SER FELIZ ESTÁ EN TU MANO
www.elcrepdemivida.com
El Cáncer es un atentado contra la belleza. Los tratamientos curan, pero arrasan con todo a su paso y como mujer debes aceptar la mayor degradación física que jamás imaginaste. La caída del cabello es uno de los momentos más duros de la enfermedad, parece mentira ¿Verdad? Incluso puede sonar superficial y de lo más frívolo ¿El Pelo? Pero si vuelve a crecer. Pues contra todo pronóstico que previamente puedas elaborar en tu mente, perder el cabello es el peor capítulo. Una vez pasado lo aceptas y te aceptas a ti misma, poco a poco te reconoces con tu nueva imagen, aprendes a combinarte mil pañuelos y a hacerte tus propios turbantes.
Después pierdes tus cejas, tus pestañas, tus uñas se vuelven oscuras, casi negras… Y aquí es cuando llega tu papel de súper heroína. Porque estar enferma lo acepto, pero además verme de pena… ¡Ni hablar!
Si no tengo pestañas me aferro al eyeliner y si pierdo las cejas me las pinto ¿Uñas negras? Pues esmalte de colores que el rojo da alegría y sienta de maravilla.
Da igual cual sea tu situación, debes quererte a ti misma.
Tienes cáncer, estás enferma… ¿Y qué? Eso no está reñido con el hecho de estar guapa y sacarte el mayor partido. Verás que las penas, con buena imagen, son menos penas. Y cuando creas que no puedes, recuérdate a ti misma que los ánimos se crean.
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(Basada en 1 opiniones)
cristina
es una etapa muy dura. El ver mi diagnóstico, me colpasé. Los días anteriores de la intervención, horroroso, sabes como entras pero no como sales. El día q inundé la banyera de pelos. En teoria estaba preparada, pero no. Como lloré. Y el día q me miré en el espejo y ver reflexada aquella chica sin pelo, sin cejas, sin pestañas, delgada y esos ojos, aquella profundidad. No me reconocí. Lo peor fue la pérdida de la identidad. Pero como el bosque, después de un incendio q casi arrasa con él, el tiempo pasa y las plantas vuelven a florecer y vuelve a ser igual o más hermoso. Así, es como me siento yo después de 4 años y medio!
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